Ya en los años 80 se venía pensando en un tipo de munición que fuera capaz de penetrar en los chalecos antibalas y a un alcance de entre 200 y 250 metros. Hasta entonces las armas de esa época eran ineficaces ante tropas equipadas con blindaje y chalecos antibala. Es cierto que los fusiles de asalto sí podían perforar el blindaje, pero en espacios pequeños y cerrados su uso era demasiado incómodo. En un asalto a un edificio las armas eran muy poco prácticas y demasiado largas, ya que se podía acabar apuntando a un compañero debido a su tamaño.
Por eso la OTAN pidió en 1989 que se desarrollara un nuevo tipo de arma que sirviera de protección, sobre todo a los tripulantes de tanques y otros vehículos, operadores de armas de tripulación, personal de apoyo, fuerzas especiales y grupos antiterroristas. Esta idea se hizo realidad en el subfusil P90. Este partió de un diseño totalmente nuevo y con la idea de que un subfusil de defensa personal fuera cien por cien efectivo ante los chalecos y a 200 metros. El P90 empezó a utilizarse a partir de 1994.
El diseño bullpup compacto con una vista reflex integrada y controles totalmente ambidiestros hacen del P90 es un arma poco convencional. Precisamente, las prestaciones de este subfusil han hecho que sea empleada por las unidades especiales de más de 40 países.
Además, su innovador diseño más compacto la ha hecho muy popular en películas y en series de televisión. Así la hemos podido ver en films como El mañana nunca muere, Blade II, XXX o X-Men United, Thor, El increíble Hulk, Los Juegos del Hambre o Yo, Robot.
Y también se ha incorporado al inventario de videojuegos como Delta Force: Xtreme 2, Call of Duty 4: Modern Warfare o Fornite.